Leiðarstjarna, la Estrella Polar
por Tarwe Hrossdottir
Qué es la Estrella Polar
La etimología de esta palabra en Nórdico Antiguo es muy interesante y nos permite entender por qué la estrella polar era tan importante para los navegantes.
La palabra Leiðarstjarna, se forma por “leið” camino y “stjarna” estrella.
Sin embargo, leið no solamente significa camino, combinado con otras palabras también se refiere al curso en el mar y a navegar, a cambiar positivamente, habla de algo que está más allá o indica el tiempo que vendrá.
Por ejemplo, la runa Tir (Tiwaz en el Futhark Antiguo) se identifica con la Estrella Polar en el Poema Rúnico Anglosajón.
Astronómicamente, la posición de la Estrella Polar, Estrella del Norte o Stella Maris, Estrella del Mar, la han ocupado varias estrellas debido al movimiento de la precesión de los equinoccios.
En el 3000 A.E.C. la ocupaba Thuban en la constelación de Draco.
Sin embargo y por su gran brillo, la estrella Polaris- estrella polar en latín- ha sido siempre un referente entre las culturas antiguas ya que al menos desde el siglo V se describe como “visible en todo momento”, siendo la estrella más brillante de la constelación de la Osa Menor y encontrándose muy cercana al polo norte celestial.
La Estrella que nos Guía
Su simbolismo es muy antiguo y siempre nos remite a esa luz que nos guía en la vida.
Cuando hablo de nuestra estrella polar, lo hago refiriéndome a esa luz que debemos asegurarnos de ver en todo momento.
A veces por todas las situaciones, tensiones y dramas en los que estamos inmersos en el día a día, dejamos de ver nuestra estrella polar para solamente tener la vista puesta en nuestras necesidades más inmediatas o en nuestros dramas personales generados por el ego.
En el Tarot, el 10 de bastos retrata perfectamente este momento. En la imagen vemos a una persona cargando más responsabilidades de las que puede llevar, con la espalda arqueada hacia dentro y la vista puesta en las diez varas. ¿Cuántas veces hemos estado así?
Cómo perdemos de vista nuestra Estrella Polar
Cuántas veces hemos perdido de vista nuestra Estrella Polar, lo más importante en la vida por:
- Hacer el trabajo de alguien más.
- Porque nos dijeron que eso no existía.
- Sentir que no merecemos estar ahí.
- Haber decidido vivir como los extras y no como los héroes de nuestra historia.
- Una pareja que nos impidió verla.
- Nos responsabilizamos con más trabajo del que podíamos hacer.
- Porque hemos vivido con lágrimas tanto tiempo, que no nos es posible ver el firmamento.
- Nos acostumbramos a estar inmersos en el mundo material, sin darnos cuenta de que existía algo más.
Hay muchas razones por las cuáles dejamos de ver nuestra Estrella Guía, pero lo importante es ese maravilloso momento cuando miramos hacia arriba y nos damos cuenta de que está allí, esperándonos atenta al momento en que giremos a verla.
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Tener a la vista la Estrella Polar
Tener siempre a la vista nuestra estrella es indispensable para que no perdamos el rumbo en la vida.
No importa si sabes o si no sabes a dónde vas, si lo que haces te permite seguir viendo tu estrella, entonces está bien para ti.
En el momento en que no la veas, en que te encuentres como un marino perdido en el océano, entonces significará que es tiempo de detenerte y reflexionar
¿Cuándo la perdiste de vista?
¿Cuándo te perdiste en el mar?
¿Cuánto tiempo has vivido como náufrago sin un barco, sin un puerto y sin un objetivo?
¿Qué hizo que dejaras de verla?
Cuando te encuentres en esos momentos, no culpes a nadie.
Tú asumiste sea como sea dejar de verla porque le diste tu poder a alguien o a algo más. Cuando dijiste “mi trabajo es mi vida”, “mis hijos son mi vida”, “mi pareja es mi vida”.
Cuando aceptaste que el trabajo o cualquier otra cosa eran mucho más importantes y dignos de hacer sacrificios, que tú mismo.
La Estrella nos guía siempre a lo más importante
El dios Odin en el Havamal, hace un sacrificio de él mismo, para sí mismo, todo para obtener la sabiduría rúnica. ¡Imagina qué fuertes palabras y qué gran ejemplo!
Si cada uno de nosotros recordara y tuviera en mente que lo más importante es mantenernos bien, que lo más preciado es uno mismo, entonces valoraríamos un poco más nuestra existencia y le daríamos sentido a cada momento.
Sacralizaríamos cada pequeño detalle y buscaríamos en el silencio para encontrar en nuestra voz interior esa sabiduría interna que, como en el arcano de El Ermitaño, nos mostrara la luz que mana desde nuestros corazones.
Vernos a nosotros mismos, buscar nuestra Estrella del Norte, no es egoísta, es el acto más sublime de amor propio que nos recuerda quiénes somos y para qué estamos aquí.
Estamos en la tierra para vivir a plenitud, para gozar las lágrimas de felicidad y las de tristeza, para ir a los polos y explorar lo más recóndito de nosotros.
Vivimos cada día para descubrir un poco más sobre la naturaleza humana.
Vivimos para asombrarnos de la forma en que la urdimbre de la existencia entrelaza nuestros caminos, vivimos para subir y bajar, para soñar y alcanzar.
Nada, ni nadie te puede impedir ver tu estrella, pero tampoco debes poner en su lugar a nadie, ni a nada excepto a tu propia felicidad.
Eso es lo más importante que siempre debes tener en cuenta.
Así que levanta los ojos y sigue creyendo, la Magia está allí, solo tienes que reclamar tu papel en la obra de tu vida y conseguir a todo el elenco que logre una obra maestra.
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Practica la Espiritualidad de la Tierra, libera tus creencias y sé uno con la Naturaleza.
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